Están por todas partes, bailan y se mueven de aquí para allá. Algunos están enteros y a otros les faltan partes.
Abril vuelve a tener una nota pegada en la suela de su zapato izquierdo "Puedes decorar tu burbuja".
Entro en la galería, la música se para. Camino hacia la derecha pero no hay nada, sólo está la salida de emergencia y un ascensor. Me doy media vuelta y sigo por el pasillo. No me gusta ningún cuadro. Sigo hacia delante. Sigo. Ando. Miro hacia abajo y mis pies son verdes, grandes, y expulsan un líquido que voy dejando atrás. Ellos mismo lo segregan. La voz se vuelve a escuchar y me detengo. Giro a la izquierda y hay una sala oscura con una pantalla al fondo. No consigo ver la imagen nítida pero me acerco y...
Detrás suya hay botes de pintura y una brocha. Cuando Abril termina de pintar, empieza a rodar, dejando el mar a su espalda.
Unos niños juegan con sus palas y cubos, los rellenan y vacían, hacen castillos y figuras.
- ¡Mira papá, tengo una espada nueva!
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