La vida se nutre por aquellos pequeños detalles que nos sacan
sonrisas cuando nos llegan o los recordamos. Hay veces en las que sientes que
debes hacer algo pero no actúas porque una fuerza mayor que no entiendes te lo
impide. Quizá no le encuentres sentido a ello, a no poder actuar, pero hay un
muro. ¿Sigue siendo todo tan fácil? ¿Podemos hacer lo que queramos en cada momento?
Hoy, no tengo respuesta a ninguna pregunta.
Hay días en los que pensamos más de la cuenta, al día
siguiente tal vez y lo más probable, es que le restemos importancia, pero el
momento es ahora, y es el que importa.
Hay días en los que sentimos que merece la pena arriesgar
para poder ganar, pero siempre queda el miedo al fracaso. Pero entonces piensas, que nunca sabemos dónde vamos a acabar. ¿Por qué pensar en algo que aún no
ha pasado por intentar prevenir aquello que no sabemos si ocurrirá? No existe. Hay
que arriesgar. Lo que venga luego, ya vendrá. Ya nos plantearemos cómo actuar
cuando pase, no ahora, que seguimos sin saber.
Cuando dejemos de pensar y vivamos el momento, el resto fluirá
solo.
Hay que ver lo que da de sí una resaca...
ResponderEliminarEs inigualable!
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