Exiliada te encuentras
sin compartir pensamientos ni
tristezas.
Sin rastrear ese olor a té
que cada mañana te acompañaba
y del que, a cierto modo en su piel
notabas.
Un día supiste que pasaba
justo por debajo de tu casa,
decidiste salir y abrir la ventana
a pesar de saber que el olor a jazmín
se esfumaba.
Pusiste tus pies en el suelo
y el frío deambulaba sobre tu cuerpo
hasta que tus ojos por fin lo vieron.
Él caminaba de espaldas, esperando tu
mirada
que una pequeña hoja de árbol tapaba
hasta que la brisa te cedió
su dulce sonrisa.
Tú se la devolviste con esmero y
vuestro aliento en el aire se juntó
hasta que él de nuevo se volvió.
Maldiciendo ese adornado momento estás
cada noche acompañada con suspiros
y deseando que tu sonrisa
vuelva a volar hasta la suya.
Cuantos años hace ya de eso?
ResponderEliminarVaya...What?tomando riesgos eh?
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