lunes, 25 de noviembre de 2013

Costumbres.

Adaptarse es costoso, quizás no sea esta la palabra adecuada para definirlo, pero sí lleva su tiempo. Depende mucho de la situación y de tu actitud hacia ella. 

Al principio, tus ojos deben acostumbrarse a lo que ven, lo nuevo y desconocido hasta el momento. Lo examinan y poco a poco lo van haciendo suyo. La adaptación llega entonces cuando se cierran y no tienen problema al recordar cada detalle. 



Las sensaciones que te produce ese sitio, o bien la persona a la que te estés acostumbrando, pueden ir variando con el tiempo. Cuando te enfrentas por primera vez sufres la conocida "primera impresión", esta puede ser o no equívoca, pero tal y como van pasando los días, meses y años lo averiguas al fin. Tu mente chequea en lo que viene a ser una vista y pensamiento rápido, segundos tal vez, en cómo es aquello que tienes delante y qué puede aportar de nuevo a tu vida. De manera, que con el tiempo refutas esa primera desnuda idea o la corroboras. 

En cambio, los olores son diferentes, permanecen y se asposentan desde esa primera vez. Se suelen quedar grabados en tu cerebro hasta que los relacionas con personas, lugares o momentos determinados en tus etapas. 

Tu persona en conjunto siente la costumbre cuando esas acciones, sensaciones, vistas y olores se repiten diariamente. No obstante el diario no sea el punto principal del tema, sí lo es el tiempo. Y como Kundera cita, "si cada uno de los instantes de nuestra vida se va a repetir infinitas veces, estamos clavados a
la eternidad como Jesucristo a la cruz". 

Intenta pues, pese a tu rutina, poner cada dia esa guinda, ese momento, persona, cosa, lugar o sensación que hace diferente la existencia de tus horas. Y cambiar. 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Nada permanece.

Dos osos que atrapan un pez en el río. Un unicornio blanco. Es el momento en el que el sol se esconde pero aún deja caer amablemente pequeños rayos que determinan un colorido cielo, pintando montañas y árboles de negro, mostrando su perfección, su figura hasta el máximo detalle en lo más alto. El cielo se torna hacia una mezcla entre amarillo verde azul progresivo, las nubes se tintan de azul oscuro casi gris y cada copa de los árboles te transmiten una historia diferente, una historia que tu mente decide escribir, que se modifica cada segundo y posteriormente olvidas. Para mi, ese momento es perfecto, apenas dura unos minutos ni permanece para siempre, pero hay días, en los que aparece y recuerdo cuánto habia olvidado lo mucho que me gusta.

Breve.

En realidad es fácil. Es simplemente abrir por la mitad, dejar que salga. Habla, escribe, manda señales de humo, lo que te venga en gana, pero demuestra. Créeme, es necesario porque llegará un momento en que te arrepientas o sea demasiado tarde. Vas a morir. Ella va a morir. A la mierda todo. Hazlo, y punto.  

jueves, 24 de octubre de 2013

Preguntas y no respuestas.

Hace poco he tenido ese sentimiento de no saber exactamente en qué punto estoy, hacia qué rumbo me dirijo. Está bien preguntárselo de vez en cuando, marcarse el ritmo y proponerse objetivos, pero también has de estar preparado para cuando todo aquello que has planeado en tu mente un tiempo atrás, todo lo que te esperabas, no ocurra como tal. Has de saber cómo afrontarlo, y nunca sabrás los pasos a seguir hasta que no lo tengas delante de tus ojos. 

En ocasiones, tus amigos te suelen pedir ayuda, consejos para que les eches una mano con sus decisiones, para que les guíes por el camino correcto, ellos confían en tí plenamente, con lo cual tu intentas hacerlo lo mejor posible. Para algunos es fácil ponerse en la piel de los demás, sentir sus emociones como si en primera persona se tratase, pero, ¿y cuando esos consejos, cuando adviertes a tus amigos sobre algo, y ese algo te pasa a ti? ¿qué pasa en esos casos? Quizás tengas personas que te devuelvan el papel que acabas de ejercer y te ayuden a decidir, a pensar, porque, seamos sinceros, es todo más claro cuando ellos te apoyan o corroboran tus pensamientos. ¿Qué pasa cuando no sabes aplicar lo que siempre has estado defendiendo? Pared delante, te chocas, mirás atrás, muro, ¿y como sales? Bien, pues relajándote, ¿y si no consigues relajarte? Pues no hay más, querido amigo, que tragar, y disfrutar del dolor, de la indecisión, de los pensamientos negativos. Tal vez sea momento de replantear cuestiones. ¿Qué coño hago aquí? Y perdon por la expresión, pero entonces piensas si eso es lo que quieres en tu vida, por qué has llegado ahí. Bien, pues muchas veces no la hay, pero otras si que podemos obtener respuesta. 

Siempre he pensado en que hay que hacer lo que a uno le haga sentir bien, ser feliz. Pero en los momentos en que se tuerce, en que no es como pensabas, cuando se te cae el muro encima y pierdes las piezas para recontruirlo, en ese momento es cuando demuestras la sabiduría que posees, si de verdad sabes salir de esa, si eres la persona que pensabas ser. Es fácil decir "todo saldrá bien" cuando todo te está saliendo bien, es cómodo aconsejar cuando a ti no te está pasando lo mismo, pero ¿y cuando te pasa a ti? Bien, pues adelante, a salir de ella. Un edificio no se construye de la noche a la mañana, la base es fundamental para que no se desplome, los pilares en los que sostenerlo son imprescindibles. Tampoco lo levanta una sola persona, siempre trabajan muchas, cooperando y ayudándose entre ellas. Así que a trabajar, para conseguir un resultado final. Lo mejor que tiene el edificio son las personas que trabajan en él, son su esencia, y las que posteriormente vivirán el trabajo de otros, su alma. Quizá sean los mismos trabajadores quienes decidan quedarse, no lo sabemos hasta que el edificio no ha sido terminado, y no olvidemos, que en realidad, nunca dejan de transformar e innovar. Es lo bonito, el cambio constante de la decoración aun siempre permaneciendo su entidad. 

En conclusión, sigamos aconsejando, sintiendo y valorando cada momento, persona y lugar. No pasa nada si no tenemos las ideas claras, si tenemos arrebatos, locuras, si nos arrepentimos de hechos, si tiramos la toalla alguna vez, si lloramos. No pasa nada si no decidimos ahora qué haremos con nuestras vidas. Es difícil ser paciente, lo sé, pero la Tierra sigue girando así que, continúa tu también. 

jueves, 17 de octubre de 2013

Sonrisas enlazadas

Exiliada te encuentras
sin compartir pensamientos ni tristezas.
Sin rastrear ese olor a té
que cada mañana te acompañaba
y del que, a cierto modo en su piel notabas.

Un día supiste que pasaba
justo por debajo de tu casa,
decidiste salir y abrir la ventana
a pesar de saber que el olor a jazmín se esfumaba.

Pusiste tus pies en el suelo
y el frío deambulaba sobre tu cuerpo
hasta que tus ojos por fin lo vieron.
Él caminaba de espaldas, esperando tu mirada
que una pequeña hoja de árbol tapaba
hasta que la brisa te cedió
su dulce sonrisa.
Tú se la devolviste con esmero y
vuestro aliento en el aire se juntó
hasta que él de nuevo se volvió.

Maldiciendo ese adornado momento estás
cada noche acompañada con suspiros
y deseando que tu sonrisa
     vuelva a volar hasta la suya.  

miércoles, 16 de octubre de 2013

Si tú me olvidas.


Quiero que sepas
una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.


Pablo Neruda

jueves, 10 de octubre de 2013

Una copa de vino

Hoy tienes ese día en el que tus pensamientos se adentran en lo absurda que se convierte la sociedad. Te parece que hay mucha mierda sin recoger. Decides que ciertas personas han dejado de aportarte eficacia en tu dia a dia. Piensas que necesitas salir y desconectar, porque te estás metiendo en un bucle, por tanto, te levantas y apagas el ordenador, que a su vez empieza a configurarse "No apague ni desconecte el equipo". Consideras que debes ir a un lugar donde no conozcas ni sepan sobre ti, prefieres tener contacto unilateral. A pesar de no haber ido nunca, te han hablado muy bien sobre él y siempre has tenido ganas de aterrizar una tarde allí. Bajas a la calle y empiezas a caminar. Sientes como el aire te hiela la garganta, como tus dedos se enfrían y acerelas el paso. Pasas por delante pero ni te das cuenta y retrocedes segundos después, lees el cartel dos veces "Sí, es aquí" y decides entrar porque el camarero empieza a oler tu indecisión. No hay mucha luz, pero sí suficiente. Las mesas son redondas y tienen dos sillas, algunas tres. Las estanterías están al fondo. Llevas un rato observando el lugar. Las comisuras de tus labios se ensanchan. Las mejores sonrisas son las que no estan bajo tu control, piensas. Llevas un rato volando pero tienes que volver, no estás en tu casa y pueden pensar que estás tarada. Piensas que primero toca escoger el libro y después buscar la mesa. No tienes ni idea, los escogerías todos pero has de elegir. Te preguntas por qué siempre hay elecciones, y con ellas dejamos atrás miles de opciones. Stanislaw Lemsarcástico y punzante, es lo que necesitas "Vacío perfecto". Te encanta coger los libros y olerlos, las páginas viejas y ocres, mirar la última palabra del final y empezar. Decides sentarte.

Llevas dos horas con él, te cuesta digerir el realismo sólido, el atrevimiento de sus palabras. No obstante es aquello que necesitas, a alguien más loco que tú para saber que no eres la única chalada en el mundo. Sonríes de nuevo al saber que estás en lo cierto. "Veo que mi trabajo dio su fruto", te dice mientras coge la silla en frente tuya. "¿Qué haces aquí? Vaya pregunta más absurda", continúa y te sonríe. Habías olvidado lo mucho que te gustaban sus dientes. "Me estaba volviendo loca en casa y era el momento de probar esto", le contestas. Entabláis una conversación y notas que él sabe mucho más que tú aunque no te sorprende, te encanta escucharlo pero hay momentos en los que olvidas sus palabras e imaginas lo que quieres, mientras lo miras y asientes. Su voz te acalora, como siempre lo ha hecho. Vuelves a la conversación. "¿Sabes? Mis alumnos me regalaron un Cabernet-Sauvignon, y está por abrir", te dice. "Será cuestión de hacer los honores...", le contestas y os levantáis sin decir nada, pagáis y salís.

Tiene un piso en la misma zona, te abre la puerta y te invita a pasar. El ambiente es muy cálido y tu cuerpo va al unísono. Te quitas los zapatos y te sientas en el sofá esperando la copa que te está sirviendo. Te la entrega y se sienta a tu lado. "Verás, me gustaría que le echáses un vistazo a esto" le dices mientras sacas tu liberta y lo buscas. Él se acerca. "Sorpréndeme", te dice. Hay un largo silencio mientras lee. Cuando termina, cierra la libreta y te mira. Te dice lo que piensa y lo que cambiaría, siempre se puede mejorar. La botella desciende de peso mientras vuestra temperatura se eleva. Sois conscientes de lo que viene a continuación, y el deseo aumenta a pasos agigantados, por lo que decidis no esperar más y convertir en actos la poesía. 

jueves, 3 de octubre de 2013

Papeles, tinta y pelirrojas.


  • ¿Qué haces? Déjame, estoy trabajando.
  • Tu llamas trabajo a cualquier chorrada con tinta.
  • Vete a la mierda.
  • Sólo mírate, o mejor, mírame a mi. - Tomás gira la cabeza y mira. La pared es ocre.
  • Berto traeme algo fuerte, por favor.

Las ambulancias, el ruido de los coches cuando la calle está mojada. La vecina de la puerta 206, cada jueves noche tarda un minuto y doce segundos en atinar la llave a la cerradura. Siempre dice la misma palabra cuando por fin la acierta, son las historias que se repiten, cada semana, cada mes. A la señora Expósito se levanta a las 6.36 para darle de comer a su gato, y ella se hace una tostada con aceite y pavo, luego se toma un té mientras lee el periódico. Berto a bajado a comprar. Nadie llama a mi puerta. Al lío. Una pelirroja tal vez, con gafas. Me acelero demasiado, esperate a que haya una respuesta. ¿Cuando le llegará? Se supone que de tres a cinco días laborables. Quizá de piel blanca, nunca he visto a una pelirroja con piel morena. ¿Pecas tal vez? Muy típico. Berto había bajado a comprar, ¿no? Debería de tener un perro, le pega. Y llevar gafas redondas, labios gruesos. La puerta sigue sin sonar.

  • Ya era hora. ¿Qué cojones me has traído?
  • Lo que me pediste.
  • Yo nunca te he pedido nada.
  • Entonces, ¿qué quieres?
  • Que hagas las cosas bien, de una vez por todas y te vayas.


El saxo es bastante bonito pero tal vez me gusta más el clarinete, será porque mi abuelo lo tocaba, qué gran hombre. Veamos lo que me ha traído. No me quedan vasos limpios, joder. Pues la taza. ¿Seguirá en Francia? Memeces. Esto no me sirve de nada, pensar, para qué. ¿Y Berto? Había bajado a comprarme mi botella, ¿dónde se ha metido? ¿Qué hora será?

  • ¿Has dicho algo?

Qué frío hace en este apartamento. Voy a tener que empezar a poner la calefacción. Voy a liarme otro. Ah no, tengo uno aquí. Berto habia bajado a comprar, creo. ¡Mira otro! Podría llamarla Estela.

  • He dicho que te vayas. El trabajo se me acumula.

Me levanto y busco las llaves por el sofá, no sé donde las dejé. ¿Cuando salí la última vez? Martes, sí, y fui directo al baño. Bingo. Abro la puerta, giro la llave dos veces. Nada nuevo, aunque no sé como me extraño si ya lo sabía. Es una zorra, todo palabrería. Creer en ella fue un error desde el comienzo, durante esas tres horas, esas tres malditas horas en las que me enamoré de su mentira. ¿Cómo una persona puede fingir tan bien? No, no puede ser. Luego dicen que somos complicados, vosotras si que lo sois, nosotros somos simples, una respuesta, solo una mísera respuesta. ¿Tan difícil es tener las cosas claras? Desgraciados aquellos que las tienen, en realidad. ¿Dónde se habrá metido Fran, o era Berto? En fin. Es que esos ojos... joder esos ojos me vuelven loco.



martes, 24 de septiembre de 2013

Surfing your mind.

Tienes derecho a estar triste, a tumbarte en tu cama con respiración entre cortada, a que se te caiga líquido por la nariz y torcer la boca, a enseñar los dientes, a llorar. Tienes derecho a sonreir, a luchar por lo que quieres, a ser feliz. A preocuparte, a pensar y a valorar las opciones. Pensar está bien, pero ten cuidado con las preocupaciones. Tu mente es demasiado poderosa y el objetivo de ejercitarla consiste en que tú ganes, no ella. No es trabajo fácil. A veces, no entiendes el por qué te pasan ciertas cosas, porque conoces a esa gente, porque aparecen en tu vida. Pero alguien dice que cuando pasa el tiempo y miras atrás lo entiendes todo. Dar consejos a los demás, pensar por ellos puede ser fácil, pero aplicarlo no lo es tanto.



Ese proceso que acabo de nombrar, de entender el por qué de las cosas que te ocurren es muy bonito cuando llega pero también costoso. Durante ese tiempo tú sigues viviendo, sintiendo, observando. Entonces mandas a la mierda las teorías y los consejos, porque quieres llegar ya, quieres y no entiendes nada. Te hundes. Hasta que llega un momento, un día, que te levantas y decides plantarle cara, pensar que todo tiene solución menos una cosa, que cada experiencia te hace más fuerte, y que siempre se llega a un fin. Te das cuenta, de que existen cosas peores y mejores, es lo que tiene la comparación, unas veces saldrás ganando y otrás perderás. ¿Qué es lo bueno de esto? Supongo, que la superación de cada día que pasa te hace más fuerte, y cuando vuelves, cuando ha pasado el tiempo, los "problemas" que te parecían insuperables son como las olas, desaparecen, no se repiten, el sonido cesa, y aunque vuelvan más grandes o más largas, ya sabes dominarlas, simplemente tendrás que dejarte llevar, montarte a la tabla y surfear. 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Lentamente se va cociendo.

Cuando Amanda entró en casa, vio a su hermana con un cuchillo en la mano derecha.

Esa mañana se levantó decidida, sabia lo que quería y no había vuelta atrás. Cuando se miró al espejo, se acordó de su madre y su hermana, de aquellas palabras. Se puso a llorar y se fue directa a la cocina. Buscó un pedazo de papel y un bolígrafo azul, el negro no le gustaba. Era momento de escribir.


Dejó el papel en el mueble de la entrada y volvió a la cocina. Apartó una silla y se sentó en ella. Cogió el cuchillo y lo miró. Se pasó veinte minutos con la mente en blanco, únicamente miraba lo que sostenía entre manos. 

Cuando Amanda entró en casa, vio a su hermana con un cuchillo en la mano derecha y en la otra un melocotón. 

- ¡Oh, vamos Maria, que no es para tanto! Yo te ayudaré, venga.
- Gracias hermana. Te he dejado la lista de la compra en la entrada.

viernes, 6 de septiembre de 2013

MP.


Hay noches en las que me apetece suicidarme, pensaba. Las noches encerrada en aquella celda que tenía por casa la estaban llevando hacia el mundo que ella misma creaba. Cariño, no es lo que piensas, recordaba. Acto seguido cogió la almohada y la lanzó contra la pared. Eran las siete y veinte de un viernes, y como un día más, salió al balcón a observar el escenario que tanto le gustaba, ese del cual quería ser algún día protagonista. Siempre le había gustado estar en boca de todos, y no hablo solo del sentido figurado. Amaba su cuerpo más que ningún otro, por encima de los demás se amaba hasta tal punto que confundía cuál era su papel en la realidad. Por favor Corina, no lo hagas, recordaba sonriente. Entró al comedor y fue hacia la primera habitación de la derecha. Abrió la puerta, cogió un poco y salió al balcón de nuevo. Se sentó en la silla. Así era mucho más fácil. ¡Oh, mierda! Volvió a entrar y enchufó el ordenador para poner un poco de música. Con música todo es mucho mejor, pensaba. Por fin se sentó y empezó a enrollarlo. MPEra su momento preferido del día. Mientras inhalaba un poco de aquella mierda iba cayendo la noche y con ella su locura aumentaba. Déjala en serio, te arrepentirás, revivía el momento. Las imágenes vagaban por su cabeza como si de ayer se tratase. Corina, basta. Recordó aquel día en el que llegó tarde. Habían quedado para hacer picnic en la playa de la Barceloneta y él llegó cuarenta minutos tarde. Le dijo que Maite había tenido una avería en su coche y la tuvo que llevar al trabajo. Esa semana el padre de Jordi tenía un congreso de quiropráctica en Tarragona. Maite Pérez. Suicidarse o matar a alguien. Estoy un poco loca, será la hierba. Fíjate en qué iluminación tiene desde aquí, desde luego es lo que más me gusta de esta ciudad. En la cima de la montaña se encuentra una antigua fortaleza militar con una larga historia, que en la actualidad sirve como mirador. En 1842 durante la regencia del general Espartero, la ciudad fue bombardeada desde este castillo para conseguir así someter una revuelta. Al año siguiente, el general Prim ordenó de nuevo el bombardeo a la ciudad. En este castillo fue fusilado Francesc Ferrer i Guardia. Mañana volveré a subir, pensó. El canuto había llegado a su fin, entró al comedor y cerró la puerta del balcón. MP. Se sentó en el sofá, poniendo los pies sobre la mesa, cogió el mando. Muy Puta. 

Was my number



Frío, frío. A ver ahora... bien. Mejor, mejor. Ahora sí. Dios que bueno, me tiraba aquí horas. En fin. Entonces, yo creo que mi estilo es monólogo interior, porque siempre escribo pensamientos. Bueno será cuestión de empezar a
arriesgar, sino... mal vamos. “Stick it up mister. Hear what I said sir, yeah. Get your hunds in the air sir. Uuuuuuh. Yeeeeaah. And you will get no hurt mister, no no no. I said yeah. I said yeah. What did I say. What did I said.” 
¿Y por qué siempre pienso en castellano si hablo en valenciano? ¿Y por qué nunca escribo en valenciano? No me sale nunca. En fin, cosas de la vida. ¡Ah joder como quema! Vaya tela como cuesta encontrar el punto en esta puta
 ducha. Vale, ya. ¿Y si no sé escribir otra cosa que no sea monólogo interior? Va tía, dejalo ya. “Give it to me one time, uh! Give it to me two time, uh uh! Give it to me three time, uh uh uh! Fifty four forty six was my number yeaaah”. Pura Jamaica. ¿Por qué todos se drogan? Uf que frío. Última vez venga. Ale me salgo. Dios, te imaginas que entra 
ahora, me muero, me da algo. ¡Mierda que tarde es joder! “Atabatibitibitibitibiti dari dada beim beim beim beim beim dari dira dira dira dira dira...I said  54 46 what's my number, yeaaah”. 

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Sutiles damas.



- Vamos a mi casa. 

Salimos del local y nos vamos al coche. Pongo la llave en el contacto. Fiona me coge por detrás y me muerde la oreja. Etna, que está a mi lado, me toca la rodilla y va subiendo con delicadeza. Yo así no puedo conducir...

Por fin llegamos, me dispongo a bajar primero para abrirles la puerta. Cada una me coge de un lado y vamos hacia el portal. Busco las llaves en el bolsillo de mis vaqueros, la meto en el paño y abro. Las chicas me preguntan el piso y les digo que es el segundo a la derecha. Ellas se miran y ríen, parece que traman algo. Etna se muerde el labio mientras me mira con deseo, la pienso destrozar. Me indica con el dedo que vaya hacia ellas y me susurran al oído "Mejor sube por las escaleras, te esperamos arriba". Me encanta. Subo corriendo y al llegar se abre la puerta del ascensor. Las chicas se están besando. Los bolsos se encuentran en tierra. Las braguitas de Etna se deslizan de forma muy delicada por sus interminables piernas. Ella, como buena amiga ayuda a Fiona para que se caigan también ya que empiezan a molestarle. Las muerde con la boca hasta que me las lanza. Comienza el juego.

Quiero que vayamos directos a la habitación, pero mejor les sirvo una copa primero, aunque el ambiente ya está muy caldeado. Van corriendo a la habitación y yo tras ellas, se tumban y se quitan lo que les queda de ropa, no me dejan hacer nada. Me tumban en la cama y Fiona empieza a deslizarse por mi cuerpo mientras me va besando hasta que llega a su objetivo. Etna nos mira y se divierte consigo misma. Quiero cogerla ya pero Fiona no lo está haciendo nada mal, así que la voy a dejar, me gusta. La habitación arde una noche más de placer y berridos, que se unen de nuevo para volar sin rumbo fijo.

Amanece en la isla, tengo a dos mujeres maravillosas a mi lado que me han hecho disfrutar. Tengo hambre. Voy a la cocina a por algo de comer y vuelvo con las niñas.

  • Lo pasaste bien?
  • ¿Y tu?
  • No tengo queja alguna, ya sabes.
  • Lo sé. - sonríe y me da un beso en la mejilla.
  • Tu amiga no se despierta.
  • Mi amiga iba ayer como una cuba, dejala que duerma.
  • Voy a compraros el desayuno, ahora vengo. No me robes nada que tengo cámaras, ¿eh?

Salgo de casa y me dirijo al bar una calle más abajo. Les pido dos cafés para llevar y un par de croissants. Al subir, Fiona se ha despertado ya.

  • ¡Buenos días!
  • Hombre, bella durmiente, ¿has dormido bien o que?
  • Como una reina. - dice Fiona mientras estira sus brazos hacia arriba.
  • Oye, lo de antes iba en broma ¿verdad?
  • ¿El qué? ¿Lo de las cámaras?
  • Si...
  • Pues claro que no mujer, aquí tengo cosas muy valiosas, tengo que tener una seguridad.
  • Pero, madre mia! Esto no puede salir a la luz! Que yo en mi país trabajo en la televisión pública.


Etna está de los nervios, pero no sé porqué si esto solo lo veo yo. No me creo lo que está diciendo pero bueno, luego lo comprobaré y buscaré su nombre. 

domingo, 1 de septiembre de 2013

Colores en tonos chillones III


En un solo día, Abril ha sufrido una mezcla de emociones que nunca habia sentido. La lluvia sigue sin cesar. Tiene miedo aunque sabe que no le puede pasar nada, pero a pesar de esa seguridad sigue pensando en el ¿y si? Los truenos en cambio ya no se oyen. Tampoco hay rayos. La tormenta se ha ido. El mar empieza a tranquilizarse. La tabla entra y sale. Abril se gira y lo busca pero la oscuridad no le permite ver nada. Cerrando párpados.

Están por todas partes, bailan y se mueven de aquí para allá. Algunos están enteros y a otros les faltan partes.

Abril vuelve a tener una nota pegada en la suela de su zapato izquierdo "Puedes decorar tu burbuja".

Entro en la galería, la música se para. Camino hacia la derecha pero no hay nada, sólo está la salida de emergencia y un ascensor. Me doy media vuelta y sigo por el pasillo. No me gusta ningún cuadro. Sigo hacia delante. Sigo. Ando. Miro hacia abajo y mis pies son verdes, grandes, y expulsan un líquido que voy dejando atrás. Ellos mismo lo segregan. La voz se vuelve a escuchar y me detengo. Giro a la izquierda y hay una sala oscura con una pantalla al fondo. No consigo ver la imagen nítida pero me acerco y...

Detrás suya hay botes de pintura y una brocha. Cuando Abril termina de pintar, empieza a rodar, dejando el mar a su espalda.

Unos niños juegan con sus palas y cubos, los rellenan y vacían, hacen castillos y figuras.

- ¡Mira papá, tengo una espada nueva!

sábado, 31 de agosto de 2013

Colores en tonos chillones II

Tantos lugares a los que querer ir, que Abril no sabe por donde empezar. Lleva tres horas sentada, mirando aquello que tiene delante, el mar. Las nubes se mueven muy deprisa. Abril las mira. Baja la vista y mira el mar. Viene alguien. El corazón de Abril empieza a latir de forma arrítmica. No consigue verle la cara, porque él está mirando hacia las rocas. Las rocas se encuentran a la derecha. Se acaba de sentar a su lado. 

Algo se cae de su bolsillo izquierdo. Lo coge. Lo mira y lo toca. Se lo coloca en frente de sus ojos, dándole la vuelta y observándolo. Lo vuelve a dejar. Se lleva las manos a la cabeza. Resopla. Se toca el pelo. Lo coge de nuevo. Lo deja. Sonríe mirando al mar. Lo entierra en la arena y se levanta. Coge la tabla. Entra al mar.


Abril sigue sin parpadear. Es la primera vez que presencia algo así. Rueda y llega hasta la orilla, para verle mejor. Está empezando a llover, pero el sigue en el agua. De repente se para y se sienta sobre la tabla. Las olas le chocan pero nunca cae. Hay truenos. Llueve sin cesar. Truenos y rayos. Abril le chilla pero no se da cuenta que nadie le oye, porque ella no está. Golpea de nuevo contra la pared pero es inútil. La cantidad de agua que cae es tal que ella ni si quiera ve más de dos metros. Piensa. La tabla aparece. 




jueves, 29 de agosto de 2013

Colores en tonos chillones.

Empecemos como el gran clásico y ya veremos como terminamos. Érase una vez... una muchacha llamada Abril a la que le gustaba mucho las flores grandes y coloridas. Todas las mañanas abría las cortinas de su pequeña alcoba en busca de rayos de sol que le invitaran a descubrir el mundo. 

Una noche se acostó pensando en la forma del arcoiris y en sus colores, pero cuando despertó estaba metida en una burbuja de hielo. Volvió a cerrar los ojos y empezó a mover los pies, para así despertarse de la pesadilla. Abril siempre controlaba sus sueños. Al abrirlo, seguía ahí. Lo intentó de nuevo, pero no tuvo éxito.


"Tu deseo se ha cumplido, permanecerás por nueve meses en esta burbuja. Podrás ir donde desees, pero en cambio, nadie sabrá de tu existencia. Se han olvidado de ti. Todo aquello que necesites, escríbelo." La nota estaba pegada en la suela de su zapato izquierdo. 

¿Cómo? Espera, espera... pero yo no he pedido ningún deseo. ¿Qué es esto? 

Abril golpeaba sin cesar, berreando como una niña pequeña. Se echó a llorar. Sollozaba hasta que se dio cuenta que era un trabajo inútil, estaba perdiendo el tiempo. Se levantó y empezó a rodar.

Continuará...


viernes, 7 de junio de 2013

¿O no?

¡No te subas ahí que te caerás! ¡No hagas eso que te harás daño! ¿Ves? Ya te lo había dicho yo... ¡Ten cuidado! ¿Y ahora te da por eso? ¿Y si te caes qué? Te harás daño. Te vas a caer. Miedo. Miedo. Miedo.

Siempre con el miedo pegados al culo, susurrándonos al oído. 

Llega el día en el que... porque claro, siempre llega el día. En el que lo tienes delante, te faltan horas, minutos, o ni siquiera eso, lo estás haciendo. Joder, ya ha llegado. Es cuando, una pequeña brisa o un huracán llega a ti con esas cinco letras. ¿Y ahora qué? Pues seguiremos andando ¿no? Pero, hay miedo... ¿a lo desconocido? ¿a lo nuevo? ¿al fracaso? ¿a la mentira? ¿la traición? ¿la entrega? ¿el amor? ¿la pérdida? No sé. No sé. Tenemos alrededor de 60.000 pensamientos diarios, será normal tenerlo, ¿no? Tenemos derecho a la indecisión, a dar el paso, a enfrentarse al miedo. Aunque, al fin y al cabo, lo que es normal o no, lo decides tú. 

Tampoco sé la finalidad de esto. Ni de muchas cosas. Todo va demasiado rápido.

lunes, 6 de mayo de 2013

Mentelloso




Sale buen día. Me voy a correr, o podría escalar, no da igual, hoy me apetece correr, parece que va a llover. Me encanta sentir el frío que poco a poco se va convirtiendo en calor. Sales y te vas hacia la montaña, llegas en unos diez minutos, y es cuando agradeces vivir tan cerca de ella. Piensas en dejar de pensar y sigues corriendo. Respiras, lo controlas, te miras la muñeca y sigues, sientes como tu corazón acelera y coge un ritmo alto. Te sientes bien, te gusta, sigues respirando pero tu vista deja el reloj y se centra en la naturaleza, lo verde, lo marrón, esa mezcla de colores únicos que solo te lo puede aportar ella. Te vuelve a la cabeza pero en seguida lo apartas. Tienes ese don o facilidad de dejar las cosas a un lado, de apartarlas en un cajón y luego decidir si recuperarlas o no. Joder. Te cuesta, pero eres fuerte y siempre lo has sido. Ahora mismo ves piedras amontonadas, una tras otra, pero sabes que los muros pueden derrumbarse, que no hay nada que tenga más poder que la misma mente. Tu la controlas y cada vez más. Ella es sólo parte de ti, aunque viene a ser “el todo”. Tienes sangre, pero te levantas, el barro hace que te vuelvas a caer, pero te vuelves a levantar. Tragas agua, y lo aguantas. Oscurece y la vista va borrando ese color verde y marrón que tanto te gusta. Te caes. Te levantas, sabes que cada caía te va a fortalecer. Siempre llegas al final, siempre hay finales, el comienzo lo has pasado y ahora estás en la transición del camino, cada paso es un cambio, algo recorrido, un segundo menos y un minuto más. El dolor es temporal y lo puedes controlar. Llego a casa de nuevo, lleno de mierda pero con la mente abierta y preparada para un nuevo injerto de pensamientos, la vuelta a la realidad y la superación de nuevos retos, pero mío.Eso es así. 

Desorden.

412 - V. Blasco Ibañez

02/07                                            23.05.16                                 19:38                                             2898


HAMBURGUESAS DE POLLO    
4 X 3.20                                                                         12.8

BACON A TIRAS      
5 X 2.82                                                                         14.1

PATATAS DELUXE                                                      3.68

KETCHUP                                                                     2.12

AGUA 2L                                                                       0.33

CEPILLO DIENTES                                                      0.56                                                                

DORITOS                                                                      1.18

LAYS CAMPESINAS                                      
3 X 1.25                                                                          3.75
                                                          
KIT-KAT
10 X 1.30                                                                        13

ESPUMA GIORGI                                                         3.56

MEDIAS NEGRAS                                                        0.85

POLEO MENTA                                                            1.20

CEPILLO DIENTES                                                       0.56

GUANTES LÁTEX                                                        0.96


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TOTAL:                                                                       60.04


Efectivo........................................................................ 60.04
Cambio......................................................................... 0.00


Le ha atendido Yolanda Tirano

      

Deja de buscarle el sentido.







Me lo pediste y aquí lo tienes,
quizá no sea de tu agrado o ni si quiera lo leas.

Me enamoré de ti sin conocerte,
esperé señales, pero sólo percibía luces intermitentes.
Sentía tantas cosas juntas que no cabían
ni en un centenar de libros llenos de polvo.
No te olvido aunque me tome mil remedios baratos
te añoro, pero a la vez temo el verte de nuevo.

Hubo un día en que algo se murió,
tal vez ese algo nunca existió, por eso me lo imaginaba
todas las noches, mientras le hablaba y le lloraba a la almohada
en la que nunca te acostaste.

Te pedí un baile y no me lo concediste,
te robé un beso y aún lo conservo,
te esperé, con los ojos abiertos.

No verás un estribillo porque
lo nuestro nunca se repitió
y si algún día lo hace, volveré a escribirte 
como lo hago todas las noches.

Sigues vivo en mis letras y en mi cabeza.
La locura me supera pero con ella abro nuevos horizontes,

Así que esperaré, y me moriré esperándote
porque sé que nunca llegarás.


lunes, 8 de abril de 2013

Lío de burbujas


- ¿Por qué quieres tener a una persona pudiendo tener a varias?
+ Pues porque busco estabilidad, y eso no se consigue si voy de flor en flor.
- ¿Y para qué quieres la estabilidad? 
+ ¿Cómo que para qué la quiero? Qué pregunta es esa? Pues porque en la vida has de tener cierta estabilidad, para organizarte, para hacer planes.
- ¿Es que necesitas a alguien para hacer planes u organizarte? No puedes hacerlo solo, ¿no?
+ Claro que puedo. Pero lo normal es ser una persona estable. Estudiar una carrera para optar a un trabajo, tener una pareja con la que poder compartir experiencias, y poder hablar de un futuro.
- Entonces, si no estudias una carrera ¿no tienes nada?
+ No. Has de labrarte tu futuro.
- Pero, no te estoy hablando de esto. Mi pregunta es, si necesitas a alguien para vivir, cuando tengas ese trabajo ideal y estable del que me estás hablando.
+ No te digo que vaya a ser ideal, nada es ideal, la vida es dura. Es lo que nos enseñan, lo que debemos hacer para ser algo. 
- Porque tú lo dices, la vida es como tú quieres que sea. Solo estás siguiendo a la manada, no estás haciendo nada especial que te diferencie del resto.
+ Bueno, lo que tú digas. El caso es que si quieres tener hijos, has de tener un trabajo, no puedes mantenerlos del aire. Si quieres un trabajo has de estudiar, nadie va a venir a ti a entregarte la súper oferta del momento.
- Ah pero que estudiando una carrera te enseñan muchas cosas ¿no? Es decir, al salir de ella estás completamente preparado para trabajar de lo que quieres. ¿Es así?
+ A ver, te enseñan bien, pero no está de más que completes tus estudios con cursos o másters.
- Vamos, que te pasas la vida estudiando y pagando, y cuando acabas, el resto ha hecho lo mismo que tú. Entonces, ¿dónde queda lo especial, aquello que te caracteriza y no te hace igual a los demás?
+ Mira, me estás rallando ya. Y yo que sé joder, ya te lo diré cuando llegue el momento.
- Pero tú eres la que me está hablando de planes y de futuro, deberías saberlo. Nos estamos desviando del tema.
+ Está claro, ya te lo he dicho, necesitas un trabajo para mantener a tus hijos, y para tener hijos una pareja estable.
- Hay mil maneras de tener hijos. Puedes adoptar, puedes inseminarte o puedes follarte a un tío. 
+ No es tan fácil como lo planteas. 
- Lo que es fácil es ir por la vía que va la gente, hacer lo que es “normal”, seguir a la manada. Eso es lo fácil. Decide si quieres ser una más.
+ Pero entonces, vale. No tengo pareja pero me busco la vida para tener hijos. ¿Cuando vayan al colegio qué? Le dirán que no tiene padre, crecerá sin tener una figura masculina.
- ¿Me estás diciendo que eso es imprescindible? ¿La figura masculina?
- Me estás volviendo loca ya, tío. Pero, si no tengo a nadie, si no me caso, moriré sola. 
- Nadie te ha dicho que te vayas a ir de esta vida acompañada. 

viernes, 11 de enero de 2013

Los días raros.





Son días en los que no veo la luz al final del túnel, no hay ningún hombrecillo con linterna que pueda iluminarme el camino para avanzar, seguir el carril que me devuelve a la normalidad, donde el tren sigue su curso.

En ese momento todo se detiene, no importa el hambre, el sueño, si hace frío o calor, los planes hechos, lo pensado, lo pasado. No importa nada más que querer salir, continuar. Me siento sola y confusa, nadie se pone en mi lugar, los pasajeros están ausentes. En ese preciso instante, otro yo sale de mi interior demostrándome pensamientos que no son míos, son ajenos, inadecuados. Me dice cosas extrañas, desconocidas. Me quiere conducir a la ciudad de la locura, quiere llevarme por su vereda. Me adorna las palabras mientras utiliza un bello lenguaje, tentador, pero no entiende que lo único que deseo es continuar mi viaje.

Lucho contra él, es poderoso pero me resisto. Al final, el combate termina, uno de los dos se rinde, a veces él, a veces yo.