Es corto. Tan corto como
el polvo que pegaremos en 2016. La habitación no esta vacía porque
estamos nosotros dos. Paredes blancas con olor a jazmín. Yo tumbada,
con el ombligo en el suelo y unas braguitas rosas. Me acaricias el
pelo dejándolo caer por mi espalda. Luego me lo apartas y pones
primera en tus labios para bajar suavemente. Lames mi nuca. Muerdes.
Y duele. Me agarras, y me vas apretando todo el cuerpo, como el niño
masajea la plastelina con furia, tú juegas moldeando mi piel a tus
manos. Bajando, me apretas y noto como se te pone dura la mandíbula.
���� �� muy bueno ....
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