martes, 21 de abril de 2015

Sin penetración

Es corto. Tan corto como el polvo que pegaremos en 2016. La habitación no esta vacía porque estamos nosotros dos. Paredes blancas con olor a jazmín. Yo tumbada, con el ombligo en el suelo y unas braguitas rosas. Me acaricias el pelo dejándolo caer por mi espalda. Luego me lo apartas y pones primera en tus labios para bajar suavemente. Lames mi nuca. Muerdes. Y duele. Me agarras, y me vas apretando todo el cuerpo, como el niño masajea la plastelina con furia, tú juegas moldeando mi piel a tus manos. Bajando, me apretas y noto como se te pone dura la mandíbula. 

                             

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