domingo, 11 de noviembre de 2012

Fluye.


No sé por qué somos impacientes. Si todo acaba llegando, y lo peor de todo, pasando. Tanto tiempo esperando ese momento, ese lugar o esa compañía, para que en menos de lo que te esperabas solo sea un vago recuerdo de tu memoria. ¿De qué sirve impacientarse?

Por mucho que no lo desees, el tiempo sigue su curso, así que si quieres algo, espabila, no lo van a hacer por ti. Hay que vivir el momento, el minuto, el instante, sí, todo lo que tu quieras, vive y sé feliz, pero márcate objetivos. Es la única forma de seguir con la motivación de conseguir algo, sino, ¿qué sentido tiene? Piensa algo que desees con todas tus fuerzas, que quieras conseguir, y ve a por ello. Eso sí, sin impaciencia, que sabemos que todo llega, y con ella, el único perjudicado eres tú.

Cuando estás en sintonía con el Universo todo fluye con una facilidad abismal, el tiempo se detiene y llegas a todo, sin preocupaciones, como si él trabajara para ti. No hay prisa, fluye y déjate llevar, todo acaba saliendo, y si no es así, es que no debía de ser el final. 

Las ganas y la buena energía abren horizontes, sólo tienes que dejarte llevar y saber con certeza lo que quieres, no decaigas. Visualiza el final del camino, y lo conseguirás. 


2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Emocionante, espero que muchas más personas piensen lo mismo que yo, porque de verdad que es emocionante... aunque creas que te queda mucho, vas por un buen camino porque está claro que escribir se te da bien, muy bien!! :)

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